Esta semana nos lleva a un territorio más íntimo, sensible y profundo. Es una invitación a sentir lo que duele sin taparlo, pero también a responder desde un lugar más presente y amoroso con nosotras/os mismas/os. Hay energía disponible para sanar algo que antes solo dolía…

Esta vez, el 24 de julio, la Luna Nueva ocurre en el signo de Leo, un signo de fuego que nos habla de autenticidad, valentía, creación y autoexpresión. Leo nos recuerda que todos tenemos un brillo único, y que vivir desde el corazón no es un lujo... es una necesidad vital.

Esta semana tiene una energía vibrante, creativa y desafiante a la vez. Hay deseo de avanzar, de mostrarte, de empezar algo nuevo. Pero también hay tensiones que te invitan a mirar con honestidad qué partes de ti aún se están expresando desde el miedo, la costumbre o la expectativa de agradar. 

Esta semana trae una energía más introspectiva, emocionalmente intensa y cargada de revisión. No es momento de forzar claridad, sino de hacer pausas más honestas y conscientes. Algo en ti está pidiendo reajuste, no por debilidad, sino porque el camino que viene necesita otra forma de sostén.

Esta vez, la Luna Llena sucede el 10 de julio en el signo de Capricornio 18º, un signo de tierra que nos habla de estructura, compromiso, madurez y propósito. Capricornio nos invita a mirar con honestidad lo que hemos construido en el tiempo… y a preguntarnos si aún nos sostiene, si aún tiene sentido para la persona en la que nos hemos convertido.

Urano entra en Géminis y con él, comienza una nueva era de cambio mental y comunicativo. Este tránsito no pide permiso, despierta. Agita nuestros pensamientos, cuestiona nuestras certezas, y nos lanza a un proceso de liberación intelectual que no siempre será cómodo, pero sí profundamente necesario.

Esta semana trae una energía más profunda, estructurada y emocionalmente intensa. Hay un llamado claro a revisar lo que estás construyendo por dentro y por fuera, a ver con más honestidad lo que estás cargando… y a elegir con más madurez lo que sí vale la pena sostener.

Julio no se trata de control, se trata de presencia.

Julio es un mes de revisión, ajuste y reencuentro con lo esencial. Con varios planetas entrando en movimiento retrógrado —Neptuno, Saturno, Mercurio y Quirón— la energía se vuelve menos externa y mucho más interna.