Esta vez, el 25 de junio, la Luna Nueva se da en el signo de Cáncer, un signo de agua que nos conecta con el hogar, la familia, el pasado, la nutrición emocional y nuestras memorias más íntimas. Cáncer nos invita a volver al centro, a escuchar lo que realmente necesitamos para sentirnos seguros, amados y sostenidos.

Esta semana se siente como una invitación a hacer ajustes profundos. Hay introspección, sensibilidad aumentada, deseos que se intensifican y verdades emocionales que emergen con fuerza. Es una semana de claridad sutil, esa que no se grita pero que se siente en el cuerpo cuando algo ya no encaja.

Esta semana abre con un cambio clave: Marte entra en Virgo, donde se quedará hasta el 6 de agosto, y con él, nuestras acciones comienzan a tomar otra forma. No se trata de correr, sino de mejorar. De afinar. De hacer lo que hay que hacer, aunque no sea lo más vistoso, pero sí lo más necesario.

Esta semana trae movimientos intensos. Conversaciones incómodas, verdades que salen a la superficie, emociones que buscan contención, decisiones que ya no pueden postergarse. No se trata de tener todo claro, sino de empezar a ver con más honestidad lo que ya no puedes seguir sosteniendo igual.

Esta semana se siente como una transición entre la acción mental y la profundidad emocional. Hay movimiento, decisiones por tomar, conversaciones importantes y también una necesidad de bajar al cuerpo, de habitar lo que se siente más allá de lo que se entiende.

Junio no se trata de acelerar, sino de volver a lo esencial.

Junio nos lleva hacia adentro. Después del movimiento mental y comunicativo de mayo, este mes baja el ritmo y nos invita a reconectar con lo esencial: lo que nos da paz, contención y sentido real.